de padecèr los flatos agrios, como le sucediò en Albons. A las diez horas, nos acostàmos, por tenér bastante que madrugár; Yó me aco modè con Dⁿ Pepe en el Aposento de los Forastéros, en el que havia dos camas, y el Doctor Artigas con el Pó Ginestár en el Quarto de la Alcoba. Por quedár abierta la ventanilla del balcón, y roncár algunos ratos mi compañero, dormi poco, y descansé algo más, co mo Tortuga dentro de su domicilio. Con el Despertadór de las cam panas, que yá repicaban al apuntár el dia, nos sacudimos la pe reza, echando de revès las Sabanas, para vestirnos, y calzarnos; biẽ que un poquito despacio; y escaparnos à ohir missa en la Parro quia; baxamos â la referida, sin rugas en el rostro, si que bien lavado, y manos; con dificultad nos entramos â la metropoli, por la copiosa turba de hombres, y mugeres, como havia yà, las mas arrodilladas; no obstante con estrechez pudimos postrarnos de rodillas ante el Todo Poderoso, entrandonos despuès â la Sa cristia, donde encontràmos al Sʳ Cura abrigado con su capa pluvial, que iba à cantà los Gozos de San Pedro martir, que se venera en el nincho lateral del Altàr de San Isidro Patron de los Pageses: Los Gozos se cantaron conforme, però los Kiries des pues del Introibo, por activa, y por passiva, lo digo por lo que discordaba toda aquella canturia, ni más ni menos, que Gatos, quando les pisan la cola. Ohimos el principio de la missa con harto trabajo, por venirnos gana de rehir, al fin contuvimos la risa, costandonos no poco: hablo por mi mesmo, oyendo tal des temple de voces arriba en el Coro de la Yglesia. Detràs de mi estaba arrodillado el Doctor Artigas, y no menos todos aque llos Parroquianos; entre aquel Devoto Fæmineo Sexu muy cer ca de mi las dos hijas dels Bárons Ferrès, que tienen Torre en Esplugas, y à mi lado una muchacha, que naturalmente se ria la criadita de los tales Ferrès; semibonita en su nariz roma y boca proporcionada, y por su estatura, me la figurè de 13 à 14 años